Friday, January 23, 2009

La derrota de Violeta es la prueba definitiva de que Mauricio ganará

Por redaccion de COlatino

Son tres los caminos menos indicados en el análisis político: a) la búsqueda del entendimiento fácil; b) la lectura apresurada de los datos; c) la rendición a un pensamiento interesado. Si un analista tropieza de una sola vez con estos tres equívocos, produce no sólo una conclusión impreciso, sino también un diagnóstico absolutamente contrario a la realidad. Es lo que viene sucediendo, por ejemplo, en los análisis de un supuesto reflejo de la derrota de Violeta Menjívar en el desempeño electoral de Mauricio Funes. A contramano de lo que afirman esos analistas, me tomo la libertad de afirmar exactamente lo contrario: el fracaso de Violeta es la señal más clara de que Mauricio triunfará en marzo.¿Por qué?, se preguntará el lector.

La prueba irrefutable está en los contenidos y en las motivaciones del voto que recibió Quijano el domingo. Lo explico: el voto de Quijano tuvo cinco contenidos motivacionales básicos. Veámoslos: 1) voto a la persona y no al partido.2) voto por un deseo de cambio.3) voto castigo a una administración no plenamente satisfactoria.4) voto al candidato que realizó la mejor producción simbólica.5) voto a candidato que presentó las mejores propuestas.

Proyectemos, entonces, estos cinco contenidos, como si fuesen haces de luz, sobre las imágenes de Mauricio Funes y Rodrigo Ávila. ¿En qué candidato estos rayos se reflejarían mejor? Creo que es fácil concluir que ellos encajan con más foco y nitidez en la figura de Mauricio Funes.Veamos, inicialmente, la cuestión del carisma personal que es el contenido que más determina el voto hacia un candidato. ¿Quién de los dos –Funes o Ávila- encuentra el lector que posee más carisma, simpatía y credibilidad?

Pasemos ahora al segundo término: el deseo de cambio. Este es igualmente favorable a Mauricio, sin duda. Así como las encuestas sobre la alcaldía de San Salvador destacaban un fuerte deseo de cambio en la población, las encuestas nacionales también indican, de manera más contundente aún, que las personas quieren un cambio de gobierno nacional. ¿Y qué sucede con el voto castigo? Obviamente, en nada podría incidir negativamente sobre Funes, pues hasta el presente no ha ejercido cargo público alguno.

Sin embargo, podría caer fuertemente sobre Ávila, pues en todas las mediciones de opinión se observa que amplios sectores de la población se sienten defraudados por los sucesivos gobiernos de Arena.¿Y en el caso de la producción simbólica? Es una apreciación unánime, un reconocimiento hasta de los propios opositores, que la campaña de Mauricio Funes es la que ha producido los símbolos más positivos y seductores, en contraposición con la campaña pesada y negativa de Arena. Y esto es tan así que es innecesario referir a lo que MF trae intrínsecamente en si mismo y en su historia.Por último, en el caso de las mejores propuestas, Mauricio igualmente lleva ventajas sobre su contrincante.

Es hasta ahora el único que ha presentado un programa completo de gobierno, que tiene una visión clara e inteligente del país y del panorama mundial y que genera más credibilidad en la sociedad.Además de estos cinco factores motivacionales del voto –que, en verdad rigen todas las elecciones- otro dato importante a considerar a favor de Funes es el grado de participación de los electores en las elecciones presidenciales.Al contrario de lo que ocurrió el domingo último, tanto en San Salvador como en el resto de país, la participación del electorado en marzo será mucho mayor. Y eso normalmente beneficia al candidato mejor posicionado y al que mejor responde al pentagrama del voto, expuesto más arriba.Finalmente, es preciso señalar otro error grosero de los analistas de turno: la tentativa de desacreditar las encuestas en base a supuestos errores de pronóstico de las diversas casas encuestadoras en los comicios capitalinos. Eso no es procedente.

Las personas que tuvieron acceso a las encuestas realizadas en los dos días que antecedieron a la votación –cuya publicación prohibía la veda electoral- saben que los encuestadores captaron el crecimiento de la intención de voto por Quijano en vísperas del pleito.Resta aún un par más de errores de interpretación por considerar. Uno electoral y otro político que nacen de una misma lectura equivocada. Se trata de las versiones acerca de que Mauricio Funes actuó como el “gran elector” de Violeta y que Quijano puede convertirse en el “gran elector” de Ávila. En primer lugar, está probado en todo el mundo que las transferencias de voto o de prestigio siempre se dan en márgenes reducidos y que dependen, y mucho, de las personalidades en juego y de las características específicas de las elecciones.Mauricio, de hecho, ayudó –y mucho- a Violeta. Si no fuese por su fuerza electoral Violeta podría haber tenido un desempeño más bajo aún. Mas cada elección es una elección, cada candidato es un candidato y cada voto es un voto.

Dicho en otros términos: el poder de quienes apoyan siempre es limitado.La prueba es que las buenas encuestas ya muestran que más de un tercio de los que votaron por Quijano van a votar por Mauricio en las próximas elecciones. Además de ser un dato alentador para éste, debe ser también un alerta importante para Quijano. Por lo demás, quien se mostró buen estratega en la campaña local no debe incurrir en un error primario y dejarse llevar, ahora, por el canto de algunas sirenas areneras. Su destino está después de mayo y hasta del 1º de junio, si se quiere.Si él desea ser, como parece, un destacado líder nacional, se debe resguardar en esta campaña presidencial. En primer término, para no desgastarse con el buen resultado que obtendrá Mauricio en San Salvador. En segundo término, para no irritar al futuro presidente. Y, tercero, para saber esperar, pacientemente, su oportunidad.El Salvador necesita de nuevas dirigencias. Son aires que soplan de Sur a Norte, de Norte a sur.

1 comment:

Anonymous said...

ESTE TERENGO SUENA CON QUE VAN A GANAR JAJAJA

NOMBRE PAISA TU LOJICA ESTA MALA,

ARENA GANA VIVA ARENA

ARENERO DE PURA CEPA