Por Iván C. Montecinos - Periodista y Columnista COlatino
Cuando las aguas turbulentas políticas de las pasadas elecciones para alcaldes y diputados están regresando a la normalidad, el panorama tiende a aclararse y queda al descubierto el mapa de la gobernabilidad en los municipios y la cantidad de curules legislativos reservados a los partidos participantes, según los votos de cada uno.Las perspectivas del mayor partido de oposición, el FMLN, sin discusión son halagadoras a sus intereses, ya que ésta institución se consolida como la primera fuerza política del país al obtener una mayoría de la votación nacional y le permite ganar una mayor cantidad de diputados y aumentar el número de alcaldías que gobierna. Por el otro lado, el partido Arena deja de ser la primera fuerza política, pues tendrá menos parlamentarios y una evidente disminución en las municipalidades que gobernaba.Como en un extraño juego al gane-pierda, el partido de la derecha, haciendo de tripas corazones, se siente triunfador al haber ganado la principal alcaldía del país, es decir la de San Salvador. Sin dudas, Arena durante esta pasada campaña le apostó con todo a ganar esta municipalidad, de ahí que la campaña política realizada por el candidato tricolor eclipsara totalmente a la realizada por el postulante presidencial, para lo cual utilizó un desmedido recurso millonario de una propaganda que consistió básicamente en conquistar el voto de los ciudadanos basado en regalos y proyectos soñadores difíciles de cumplir por su incosteable inversión.A esta multimillonaria campaña se sumó la sucia propaganda de desprestigio para la respetable Doctora Violeta Menjívar, que contó con la descarada e incondicional participación de los medios de comunicación de mayor circulación impresa, televisiva y radiofónica, quienes olvidándose por completo de ejercer un periodismo profesional, veraz y objetivo se pusieron el chaleco partidario, utilizando las páginas y espacios de noticias para desarrollar una desvergonzada propaganda política a favor de la derecha.Fue notorio cómo hasta un día antes de las elecciones, cuando ya estaba prohibida la propaganda electoral, medios afines publicaron sendas páginas con noticias tendenciosas con más tinte propagandístico que otra cosa, a favor del candidato tricolor y desprestigiando a la candidata del partido FLMN. En otras circunstancias hubo emisoras de radio y televisión que también se prestaron, en nombre de la libertad de expresión, a hacer propaganda disfrazada de campo pagado, como fue el caso en la radio YSKL, donde a cada momento se leía un comunicado desprestigiando a la alcaldesa por parte de la gobiernista organización de trabajadores ASTRAM.Estos medios afines al partido gubernamental hicieron su trabajo sin que les importara de que el país hay una gran cantidad de observadores internacionales, como los de la Unión Europea, quienes impulsaron un observatorio de medios de comunicación durante la presente campaña electoral.Desde ya podemos imaginarnos cuáles serán las conclusiones en cuanto a lo realizado por algunos “respetables” medios salvadoreños. Por otra parte, al finalizar el día de las votaciones el pasado domingo, en horas de la noche y cuando ya se conocían algunos resultados preliminares, especialmente los de la capital, en la sede del partido de la derecha comenzaron la celebración al enterarse que habían ganado la alcaldía de San Salvador.Como es tradición entonaron su himno, un himno de muerte, que fue cantado a todo pulmón hasta por el arribista candidato a vicepresidente. Luego el candidato tricolor a la alcaldía, muy emocionado por el gane, pronunció un discurso con cierta dosis de mesura. Muy por el contrario fue el discurso incendiario del candidato de la derecha a la presidencia Rodrigo Ávila, quien borracho de triunfalismo, se le salió lo machista y expresó una andanada de improperios contra sus principales adversarios llamándoles terroristas, guerrilleros, comunistas.Este discurso evidenció cuál es su verdadero sentir y pensar, lo que no le deja espacio para presentarse como un hombre mesurado e inteligente, capaz de lograr, en caso ganara las elecciones, la tan ansiada reconciliación de la sociedad salvadoreña. Con esta clase de pronunciamientos confrontativos, por parte de este aspirante presidencial, será muy difícil lograr una despolarización en nuestra atribulada sociedad. Bien, por ahora, la primera parte de este largo y tedioso proceso electoral ha concluido. Los diferentes partidos políticos harán las respectivas evaluaciones y sin pérdida de tiempo comenzarán a trabajar la campaña política con miras a las elecciones presidenciales del próximo 15 de marzo, las que tendrán como principales protagonistas al candidato del partido de gobierno y al del FMLN. Lo que le espera a la abnegada población salvadoreña de aquí a las presidenciales, no será muy diferente a lo que recién ha concluido. Por parte de la derecha veremos una saturación de los medios de comunicación con “spots” propagandísticos con altas dosis de campaña sucia para seguir desprestigiando a su principal oponente, para lo cual seguirá contando con la valiosa colaboración de los medios de comunicación afines, una parte del gran sector empresarial y de muchas instituciones del gobierno, especialmente la presidencia de la República.Por su puesto a la derecha no le faltara la intervensionista colaboración del oscuro personaje Alejandro Peña Esclusa, un disidente venezolano dirigente de la nefasta organización “Fuerza solidaria” y quien tiene la ardua tarea de dictar conferencias en grandes empresas, donde despotrica abiertamente contra el FMLN, en una abierta participación en los asuntos internos de los salvadoreños y una flagrante violación a la constitución de nuestro país, sin que las autoridades respectivas hagan lo pertinente y lo expulsen del país. A este señor Esclusa, le decimos, deje que los salvadoreños decidamos nuestro destino y usted dedíquese a trabajar por el desarrollo de su lindo país Venezuela. Por parte del candidato presidencial Mauricio Funes y el FMLN la población espera que continúen desarrollando una campaña proselitista de altura, con propuestas encaminadas a desarrollar un verdadero plan de nación que tenga como finalidad unificar la sociedad salvadoreña y que el enemigo a vencer sean el hambre, el desempleo, la inseguridad, la falta de planes de salud y la marginación de la gran mayoría de salvadoreños. Con seguridad este será el camino que les llevará a que en las elecciones del 15 de marzo, el pueblo les elija como los futuros gobernantes de un país en verdadera libertad y democracia.
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