"Maquillistas" profesionales

Por Marvin Galeas - Escritor y analista politico

Los dirigentes del FMLN han dicho claramente que su meta histórica es llevar a El Salvador al socialismo, al del Siglo XXI, al de Cuba, al de Hugo Chávez. Lo han dicho muy claramente y varias veces. Cuando se disolvió formalmente el Partido Comunista Salvadoreño, para adueñarse del FMLN, emitieron un documento que deja muy claro los propósitos de esa organización.

En el documento titulado "La transformación del PCS en tendencia comunista al interior del FMLN", aprobado por el IX congreso del Partido Comunista Salvadoreño realizado en San Salvador los días 4 y 5 de agosto de 1995 y aún vigente, dice textualmente: "Son fines del partido, una revolución democrática, que garantice la transición al socialismo y al comunismo". Es decir, para los dirigentes del FMLN (todos comunistas) la "revolución democrática" es sólo una etapa de preparación para arribar al socialismo y al comunismo.

Ellos lógicamente no están pensando en el socialismo español o chileno. Están pensando en el modelo político cubano y venezolano. Los dirigentes del FMLN nunca han negado que sean comunistas, ni que no pretendan construir un modelo político como el de Cuba o Venezuela. Salvador Sánchez Cerén lo reafirma de manera vehemente en su libro autobiográfico.

Son incontables las citas de documentos históricos del FMLN y las declaraciones de sus máximos dirigentes afirmando el tipo de socialismo que quieren para el país. Son numerosas las alusiones de Hugo Chávez sobre las afinidades o más bien similitudes entre su pensamiento y el pensamiento del FMLN. En síntesis el FMLN quiere llevar a El Salvador hacia el proyecto continental bolivariano de Hugo Chávez. Allí está toda la evidencia del mundo.

Y sin embargo hay un grupo de supuestos intelectuales, entre ellos algunos ingenuos, otros verdaderamente muy poco inteligentes, que pretenden convencer a los salvadoreños que los documentos del FMLN, las afirmaciones de sus máximos dirigentes y toda la evidencia existente no quiere decir lo que dice. Y repiten que de ganar el Partido Comunista nos deslizaremos a un modelo socialdemócrata, que no tiene nada qué ver con el estalinismo totalitario de los Castro, Hugo Chávez y Ortega. "Se trata de una campaña de miedo, campaña sucia", dicen estos "maquillistas" profesionales.

Pero es que nadie se está inventando nada sobre este tema. Es lo que dicen, repito, los documentos del FMLN y sus dirigentes. ¿Por qué habría que creerles a los "maquillistas" y no a los comandantes? Que nadie se engañe. De ganar el FMLN El Salvador iría directo a la suscripción del ALBA y a formar parte, junto a Nicaragua, Ecuador, Bolivia y Venezuela de la llamada patria bolivariana.

La actual campaña del FMLN se monta sobre un gran engaño: hacerle creer a la gente que van hacer un gobierno como el que dice Mauricio Funes en sus anuncios publicitarios, con plena conciencia de que harán otra cosa, es decir la construcción del socialismo del Siglo XXI. La historia cuestionará luego a Mauricio Funes por prestarse a semejante engaño, con el solo propósito de satisfacer su inmenso ego.

Decir la verdad aunque duela no es campaña sucia. Lo sucio es decir mentiras, pagarle a otro para que denigre, desprestigie y diga mentiras sobre sus adversarios. Y eso es lo que hizo Mauricio Funes cuando vinculó al candidato de ARENA al crimen de los diputados del Parlacen en Guatemala. Lo vinculó citando una supuesta entrevista que un medio guatemalteco le hiciera al famoso diputado "Manolillo".

Además de las aseveraciones mentirosas de Funes en un canal de televisión, el FMLN difundió la calumnia a través de anuncios pagados. Sin embargo los directores de la revista en mención dejaron muy claro que nunca han entrevistado a "Manolillo". La mentira quedó al descubierto. Mentir sobre su verdadero proyecto político, publicar encuestas falsas, descalificar, calumniar de la manera más sucia a cualquier adversario ha sido la tónica de la campaña del FMLN a lo largo de más de 16 meses.

De las campañas sucias del FMLN y de sus amenazas no se han salvado ni siquiera nuestras familias. Es la misma táctica que utilizan en Nicaragua Rosario Murillo y Daniel Ortega. Este último vistiendo camisita blanca y comulgando en la iglesia también engañó a buena parte del electorado nicaragüense.

Afortunadamente esta larga campaña electoral está por terminar. Los salvadoreños que aún no han tomado una decisión, deben de meditar profundamente sobre lo que está en juego. Deben hacer caso omiso a los "maquillistas" profesionales y leer lo que dicen los dirigentes y documentos del FMLN, organización que a finales de la década de los noventa fue totalmente "tomada" por el viejo Partido Comunista.