Thursday, April 2, 2009

Rumbo al Mundial: Se acabó el encanto


La Azul perdió anoche el halo de magia con el que viajó a Costa Rica. Los ticos, en su patio, no solo volvieron a derrotar a El Salvador, sino que también se metieron de lleno a la pelea por un boleto a Sudáfrica. La selección, por su parte, se quedó rezagada en la tabla, igualada con Trinidad y Tobago.


Escrito por Gabriel Campos de la Prensa Grafica


Otra vez 1-0. Otra vez quedó la sensación de que se pudo conseguir más ante Costa Rica. Primera derrota en la hexagonal final de CONCACAF y tercera ante los ticos en la eliminatoria. Ya se puede hablar de paternidad.

Un registro negro en la historia, que hará que la cuenta siga creciendo. Ya son seis partidos de eliminatoria mundialista jugados en suelo tico y seis derrotas. Nunca El Salvador ha conseguido ganar como visitante ahí.

Carlos De los Cobos, que dirigió en el banquillo a pesar del quebranto de salud que lo tuvo hospitalizado hasta el lunes por la noche, varió su esquema. Debido a las dos ausencias obligadas de Cheyo y Castillo, apostó por Dennis Alas y Romeo Monteagudo. Sacrificó la creación al dejar a William Torres en el banco.

“Cadenita”, que volvió a ver titularidad después de un año —su última participación en un once inicial de selección había sido contra Anguila en Washington—, llegó a formar pareja con Ramón Sánchez en el medio campo tratando de cerrar las salidas ticas.

Por su parte, Monteagudo tenía como misión cumplir con las mismas funciones de Castillo: formar una doble marca por el lateral izquierdo y apoyar en el ataque.

Costa Rica fue lo que se esperaba. Un equipo que salió a buscar el arco desde el pitido inicial y casi lo encuentra al minuto 7 con una combinación entre Bryan Ruiz y Armando Alonso, pero Marvin González llegó al cierre.

El Salvador no tardó en reaccionar. Ramón Sánchez consiguió, de cabeza, incomodar a Keilor Navas minuto y medio más tarde.

En los primeros compases, el combinado nacional volvió a mostrar el orden que tuvo ante Estados Unidos: líneas juntas, relevos a tiempo y mucha aplicación táctica. Y la aplicación llegaba en todas las líneas, hasta en la meta, donde Miguel Montes se convirtió en protagonista al minuto 20, tras tapar un tiro raso de Junior Díaz que parecía llevar etiqueta de gol, el mismo que casi llega al '23, cuando Romeo Monteagudo estrelló la pelota en el poste costarricense.

A la siguiente jugada, Mardoqueo Henríquez no midió bien un balón y derribó en el área a Andy Furtado. Penalti. El segundo consecutivo ante Costa Rica en San José. Dudoso hasta para la prensa tica. El mismo Furtado lo lanzó, pero Montes se agigantó y lo paró. Justicia.

La jugada pareció determinar el partido. Puso nerviosos a los ticos y dio confianza a la Azul, que continuó con el mismo sistema conservador que Costa Rica no consiguió descifrar. Lo intentaba con Ruiz, con Centeno, con Alonso, pero ninguno conseguía quebrar las marcas escalonadas que registraba en el medio campo De los Cobos, quien recibió los cánticos de los cuscatlecos que se apostaron en las gradas del Saprissa y que por momentos fueron los que pusieron el ambiente.

El orden defensivo la selección no lo perdió y demostró, una vez más, que esta es la mejor característica que ha tenido el proceso de De los Cobos. Ni siquiera los constantes centros que habían mandado los rojos tenían efecto.

Pero al '69, Roy Myrie corrió una pelota hasta la línea, asistió al recién ingresado Carlos Hernández y este sacó un centro medido a la cabeza de Centeno, quien tocó por debajo del cuerpo de Montes y celebró así su juego número 125 con la camisa de la selección de su país.

Un minuto antes, el técnico nacional había movido su esquema. De un solo punta (Zelaya) pasó a un doble ataque con el ingreso de Rudis Corrales y dos líneas de cuatro al desplazar a Osael a la banda izquierda. Y después metió a Torres Alegría en lugar de Alas. La necesidad del resultado positivo obligó al azteca a replantear el partido y a ser más ofensivo que en su apuesta principal. Pero las sustituciones no tuvieron el efecto deseado. Ni Rudis ni Léster Blanco lograron enchufarse en el juego y su aporte fue casi nulo para cambiar la historia que nos deja ahora quintos en la hexagonal.

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