El Presupuesto 2010 tiene un déficit implícito de 1.8% del PIB: no está equilibrado... menos 1% de la reforma tributaria, el endeudamiento “proyectado” se elevaría de 49.1% del PIB a 49.9%... (pero incluso) podría superar el 51% del PIB.
Escrito por Claudio M. de Rosa / Columnista de LA PRENSA GRÁFICA Lunes, 12 octubre 2009 00:00
El jueves pasado, en entrevista de televisión, el señor presidente de la República, don Mauricio Funes, me envió el mensaje “que sea preciso en las cifras que cita”. A tal petición debo responder, porque me parece válida y de responsabilidad cuando se habla de la Hacienda Pública en momentos que el país está sumido en una profunda crisis económica. Revisemos lo que expresé relativo al endeudamiento y las citas del presidente Funes.
Dije textualmente y con precisión el lunes 5 de octubre: “Pero, ¿cómo hablamos de responsabilidad con el endeudamiento si en el 2008 la deuda pública total del sector público no financiero era de 35.7% del PIB; el 2009, que estamos terminando, va a llegar a 44.9%; el 2010 dicen que va a llegar a 47.35; y el 2011 a 49.1%, o sea, vamos a llegar a 50%? Cuando eran oposición, y eso es lo que me es difícil de entender, dijeron que no debía tenerse, por ningún motivo... un endeudamiento mayor a 40% del PIB, y ahora van tranquilamente a 50% del PIB. Otro doble estándar, y eso es lo que me preocupa”.
Ante esta aseveración, el presidente Funes señala: “Decía el señor Claudio de Rosa que él ve un doble estándar porque en el pasado el FMLN consideraba que no había que endeudarse y ahora... estamos alcanzando niveles de endeudamientos que rondan el 50% del PIB. Yo le quiero aclarar al señor Claudio de Rosa que sea preciso en las cifras que cita. En el escenario fiscal que nosotros hemos proyectado de aquí al 2014 en ningún momento llegamos al 50% del PIB, a nivel de endeudamiento, el nivel más alto es el que alcanzaríamos en el 2011, por supuesto esta es una proyección, porque ahí estaríamos hablando que la deuda total rondaría aproximadamente el 49.1% del PIB”.
Señor presidente, citamos la misma cifra: 49.1% del PIB. El problema no está entre 49.1% y un posible 50% (unos $212 millones). Lo crítico está que en el 2011 el endeudamiento superará en 9.1 puntos porcentuales el 40% (unos $2,150 millones) considerado como línea de entrada a la categoría de país altamente endeudado. Ese es el gran problema, porque este nivel de endeudamiento compromete de manera preocupante la capacidad de pago y el progreso futuro del país.
Usted dice prudentemente que el 49.1% “es una proyección”. Entonces analicemos los números hacia su interior. La recaudación tributaria a agosto de 2009 fue de $1,797.2 millones, según datos de Hacienda publicados por el BCR; esto es, 10.9% menos que lo obtenido en 2008. Si esta tendencia se mantiene hasta diciembre, entonces la recaudación rondaría $2,572 millones en el 2009. Como el Proyecto de Presupuesto 2010 estima que el PIB real aumentará 0.5% y la inflación será de 2.5% ese año, entonces, la recaudación esperada debería aproximarse a $2,650 millones, cifra que es $404 millones menor a los $3,054 millones proyectados.
Por tanto, el Presupuesto 2010 tiene un déficit implícito de 1.8% del PIB: no está equilibrado. Si la reforma tributaria genera un 1% del PIB, entonces se deberá financiar el 0.8% de déficit adicional (con LETES), y el endeudamiento “proyectado” se elevaría de 49.1% del PIB a 49.9%. Y todo esto, si la economía decrece 2.5% este año (en vez de -3%) y aumenta 0.5% el 2010 (puede contraerse -0.5%), de lo contrario, el endeudamiento podría superar incluso el 51% del PIB.
Para evitar que esto suceda, la mejor forma de elevar la recaudación es estimular la actividad económica, que al mismo tiempo, por relación matemática, disminuye el nivel de endeudamiento respecto al PIB. Combatir la elusión, la evasión y el contrabando es muy acertado, pero cargar con nuevos impuestos o mayores tasas es inapropiado en este momento, pues frena la actividad económica. Preferiblemente, complementemos una mejor administración tributaria con la priorización y racionalización del gasto, para contener el endeudamiento público.
Finalmente, sobre el financiamiento de los programas sociales y el Plan Anticrisis con préstamos externos hay un grave problema de “timing”, porque su aprobación toma tiempo en la Asamblea, luego vienen meses de negociación, formulación y aprobación del proyecto en el organismo multilateral, para finalmente ser ratificado por la Asamblea y esperar el desembolso. Históricamente esto toma entre 9 y 18 meses. Presidente, este es el tiempo que probablemente deberán esperar sus programas especiales, mientras la crisis arrecia. Ellos difícilmente se materializarán en el 2010, aunque la Asamblea le apruebe todos los préstamos que solicite.
Señor presidente, he respondido con seriedad técnica, respeto y “precisión”, porque usted y El Salvador lo merecen.
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